Aquí os dejo un artículo muy interesante publicado el pasado día 29/01/16 en ABC.es y en el que he participado como asesora.
En España se registran más de un millar de denuncias anuales por agresiones con penetración y más de siete mil por delitos contra la libertad sexual
La violación a Vanessa no terminó cuando la forzaron aquella tarde cercana a la Navidad. Ni siquiera terminó cuando su captor la dejó marchar por la rambla. La vida se le llenó de un veneno del que no podía escapar ni en sueños. Fue en 1999, pero hace solo dos años que las pesadillas desaparecieron. «La agresión dura 20 minutos, pero en ese tiempo vuelves a nacer… para mal».
Tenía 19 años cuando la joven pensó que eran sus últimos momentos de vida. Al final, la robaron, la violaron y la dejaron ir, al igual que a decenas de mujeres en toda Europa que llenan ahora los telediarios. A Vanessa le ocurrió en pleno centro de Barcelona. Un menor tutelado por la Generalitat la agarró por detrás, en un cruel abrazo, en la plaza Cataluña. «Como grites, te meto un navajazo», le susurró. Ella entró en shock. Él la empujó hasta un portal y allí cometió un crimen que repitió con ocho mujeres, según se demostró posteriormente en juicio. «Al llegar a casa solo podía llorar, llorar, llorar, llorar y llorar», recuerda ahora. Y la soledad se adueñó de ella.