Tratamiento para la ansiedad

¿Qué es la ansiedad?

Debemos empezar explicando que la ansiedad es una reacción emocional normal necesaria para la supervivencia de los individuos y de nuestra especie, pero empezamos a considerarlo un problema cuando las reacciones de ansiedad alcanzan niveles excesivamente altos o pueden ser poco adaptativas en determinadas situaciones. En este caso la reacción deja de ser normal y la consideramos patológica.

Cuando la ansiedad es muy elevada, sufrimos de síntomas físicos, emocionales y cognitivos. Vamos a explicar muchos de los síntomas que vemos en nuestra consulta, pero no tenemos por qué presentarlos todos, y menos mal…

Vamos a empezar explicando las manifestaciones físicas de la ansiedad, porque siempre es lo que más nos preocupa y lo primero que detectamos. La expresión emocional y cognitiva de la ansiedad solemos dejarla en un segundo plano, porque no nos alarma tanto, porque creemos que eso no puede llegar a dañarnos físicamente o dejarnos una factura, «que podemos con eso y mucho más», que seremos capaces de que no nos afecte… Aún muchos siguen creyendo que está dividida la psique del resto del cuerpo…

Entre los síntomas físicos más característicos están:

  • la aceleración del ritmo cardíaco, tanto que, en muchos casos, quien lo sufre teme sufrir un ataque cardíaco y por lo tanto acuden al médico a chequearse (electrocardiograma, comprobación de la tensión arterial, etc.), verificando que todo está bien y cerciorándose cada vez más de que necesitan ayuda psicológica.
  • problemas digestivos como diarreas, dolor abdominal, sensación de estómago revuelto, falta de apetito… muchas veces confundiéndose con el llamado colon irritable.
  • problemas respiratorios como el asma,
  • trastornos dermatológicos como la psoriasis, el acné, eczema, la dermatitis atópica,
  • otros trastornos psicofisiológicos como las cefaleas tensionales, dolor crónico o fibromialgia,
  • disfunciones sexuales como vaginismo o dolor al mantener relaciones sexuales por la tensión muscular acumulada, problemas de erección o de eyaculación,
  • infertilidad, etc…

Emocional y cognitivamente siempre hay una casuística que nos lleva a todo lo anterior:

  • sensación de inquietud constante, «como si fuese a pasar algo»
  • sentimientos de miedo, temor, pánico,
  • preocupación excesiva por situaciones conflictivas recientes o incluso pasadas no bien integradas o superadas,
  • pensamientos rumiativos, pegajosos, obsesivos, sensación de que uno no puede dejar de pensar en aquello que le preocupa,
  • tendencia a pensar en el futuro en exceso, ahogándose en el » y si…»
  • dificultad para dormir, bien para quedarse dormido o bien para mantener un sueño constante,
  • ánimo bajo a consecuencia de los síntomas anteriores mantenidos en el tiempo.

Estos síntomas son una queja, una señal de alarma de que tenemos que cambiar de forma de proceder, de enfoque en la solución del problema que tenemos entre manos. Cuando no respondemos a los síntomas psíquicos comienzan los síntomas físicos, incapacitándonos por completo, y casi obligándonos a que hagamos algo cuanto antes para resolver la parálisis del sistema ante dicho problema.

La ansiedad siempre tiene un por qué…

En ocasiones, recibimos en nuestra consulta pacientes que nos son conscientes de estar viviendo una situación problemática, solo saben que sufren de ansiedad pero no saben el porqué. Unas veces porque creen que la ansiedad debe ser la consecuencia de un problema terrible, el cual no tienen, no sabiendo que es suficiente pequeñas dificultades o malestares del día a día que acumulados y mal integrados pueden producir ansiedad. Otras veces porque si se sinceran consigos mismos y aceptan que tienen un problema que no saben por dónde atajarlo, creen que se hundirán, y por ello deciden seguir haciendo como si nada, confiando en que acabará desapareciendo la ansiedad.

También encontramos niveles de ansiedad elevados en muchos otras afecciones, entre ellos:

  • los trastornos del estado de ánimo (depresión mayor, distimia, etc.),
  • las adicciones (tabaco, alcohol, cafeína, derivados del cannabis, cocaína, etc.),
  • los trastornos de la alimentación (anorexia, bulimia, vomiting),
  • trastornos del sueño,
  • trastornos sexuales,
  • trastornos del control de impulsos (juego patológico, tricotilomanía, etc.),
  • trastornos somatomorfos (hipocondría, somatización, conversión, etc.)

Si nos apoyamos en el manual diagnóstico que usamos en clínica, estas son las diferentes formas de expresión de la ansiedad según la DSM-V :

  •  Ataques de pánico (crisis de ansiedad, crisis de angustia),
  •  Agorafobia, o miedo a salir a espacios abiertos como centros comerciales por ejemplo.
  •  Fobia específica, como por ejemplo la fobia a montar en coche.
  •  Fobia social,
  •  Trastorno obsesivo-compulsivo, TOC.
  •  Trastorno por estrés postraumático,
  •  Trastorno por estrés agudo,
  •  Trastorno de ansiedad generalizada,
  •  Trastorno de ansiedad debido a enfermedad médica,
  •  Trastorno de ansiedad inducido por sustancias,
  •  Trastorno de ansiedad por separación en infancia.

Cómo intervenimos en casos de ansiedad?

Tras conocer la historia del paciente, le explicamos cómo ha llegado hasta esta situación, haciendo que comience a tener el control sobre sí mismo, tranquilizando mucho al paciente porque le da ventaja para futuras situaciones problema. Analizamos formas de pensar, de manejarse en su día a día, prejuicios, pensamientos disfuncionales o creencias erróneas, mitos, etc. Para reestructurar lo necesario, usamos varias orientaciones psicológicas para ello, humanista, cognitiva, psicodinámica, gestalt, psicodrama, etc., la que mejor se adapte a la persona según la vamos conociendo.

Empleamos técnicas reductoras de los síntomas que le traen, como la relajación y la meditación. Técnicas reestructuradoras, como EMDR. Técnicas proyectivas, como la terapia en caja de arena, y un largo etcétera producto de la experiencia clínica.

No solo nos centraremos en la ansiedad, evaluaremos durante todo el proceso nuevos síntomas que se puedan producir a la par, como depresión, fobia social, problemas sexuales, dificultades para dormir... interviniendo sobre ellos para un ajuste completo del paciente.

Tenemos la suerte de contar con un equipo de psicólogos en constante formación y supervisión de casos clínicos, aportando un tratamiento completo a nuestros pacientes.

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