Cerebro, Terapia y Mindfulness

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Cerebro, Terapia y Mindfulness (Gema Cortés)

El modo en que percibimos, registramos, interpretamos y sentimos la realidad es un milagro que a veces puede convertirse en una pesadilla.

A través de nuestros sentidos llega a nosotros el mundo. Es en el Tálamo, una zona del sistema límbico (el cerebro emocional) donde se mezclan todas esas sensaciones, integrándose para dar un sentido a nuestra historia autobiográfica, a nuestra línea de vida (la cual en las primeras sesiones, los psicólogos, nos encargamos de explorarla para evaluar si esa historia está interrelacioada de forma coherente o sin embargo se encuentra fragmentada causando dolor).

El tálamo sería como el cocinero del cerebro, y desde ahí todo ese guiso de información se bifurca en dos caminos cerebrales:

Uno de ellos va de arriba abajo y otro toma la dirección de abajo arriba, estos caminos dan lugar a diferentes estrategias psicoterapeúticas:

  • El camino de bajada es el que se dirige a la Amígdala que funciona como el detector de humos, es un camino muy rápido e inconsciente y está al servicio de la supervivencia. Se pone en marcha junto al hipocampo que relaciona la información nueva con la información pasada. Y desencadena una respuesta compleja hormonal donde se segregan sobretodo cortisol y adrenalina, estas hormonas son las encargadas de ponernos en movimiento para salvar el pellejo de los posibles peligros de la vida.

  • El camino de subida es más lento pero más evolucionado, se dirige hacia los Lóbulos frontales, que serían como la torre de control desde donde se puede tomar perspectiva de lo que está sucediendo. Nos permite analizar de forma más tranquila nuestras ideas, sentimientos, sensaciones y emociones, y por ende tranquilizarnos si resulta que lo que nos ha asustado no fue más que una falsa alarma. El problema es que para poder acceder a esa torre de control se necesita que la amígdala no esté hiperactivada, este proceso evolucionado se interrumpe si el detector de humos (amígdala) o el cocinero (el tálamo) funcionan defectuosamente, y esto sucede con facilidad en las historias de vida que han soportado vivencias traumáticas.

Ejemplo de procesamiento cerebral normal: nos llega un ligero olor a humo….(el tálamo mezcla toda la información de los sentidos). La Amígdala da la señal de alarma, te prepara para huir y acelera tu organismo, unos instantes más tarde te subes a la torre de control de los lóbulos frontales (en concreto el prefrontal medial) y ahí te das cuenta que se le ha quemado el filete a la vecina, por lo tanto te tranquilizas. Sin embargo sabemos que nuestros pacientes no son capaces de tranquilizarse, y conviven diariamente con respuestas internas de ansiedad ante situaciones que generalmente no suponen un peligro para la supervivencia.

Existen por lo tanto dos maneras de cambiar el sistema de alarma ante las amenazas y trabajar en terapia, ambas vías tengo la suerte de poder desarrollarlas en mi quehacer profesional en Globaltya Psicólogos:

  • La vía de arriba abajo es la cognitiva y la atencional, que surge de la terapia y espacios donde se cultiva la atención plena. Con varias estrategias de diferentes corrientes, psicoanalítica, humanista, cognitivo-conductual, psicodramática, EMDR, contemplativa (yoga y mindfulness) lo que intentamos a través de un asentado vínculo es que el paciente vaya modulando y tomando distancia de sus narrativas dañinas , de tal forma que los pacientes son capaces de subirse a la torre de control y a prender a mirar lo que sucede fuera y dentro de ellos con más serenidad, desde ahí, es más fácil que diferentes mensajes moduladores procedentes de sus lóbulos frontales reestructuren (con tiempo y paciencia su detector de humos interno (amígala hiperactivada) y su cocinero ( tálamo fragmentado).

Aquí nos subimos a la torre de control, somos más conscientes de lo que sucede porque tenemos una perspectiva más amplia y somos capaces de diseñar mensajes (pensamientos), quizá nuevos quizá olvidados, que van desactivando el detector de humos.

  • En la vía de abajo-arriba se trabaja desde el cerebro más primitivo y emocional, el encargado de la supervivencia. Aquí las técnicas se enfocan en el cuerpo: mediante el trabajo con la respiración, los sentidos, el movimiento, pueden trabajarse también en terapia individual y/o grupal.

Aquí es la desactivación del detector de humos quien permite acceder a la torre de control. También actuarían en esta vía algunos fármacos, que en ocasiones son necesarios para la buena evolución de nuestros pacientes.

Con la intención de trabajar de forma completa estas dos maravillosas vías de recuperación de la salud de mis pacientes, comencé a formarme y practicar mindfulness, yoga y herramientas de relajación, ya que estas estrategias son procesos de acción que activan ambas vías de recuperación.

Los talleres y cursos de regulación emocional a través de mindfulness que diseño en Globaltya Psicólogos son complementados con herramientas psicológicas, teniendo en cuenta la evidencia científica y diseñándolos con mucho mimo para que puedas tomar parte activa, de una u otra manera, en tu salud física y mental.

A este conjunto de técnicas es lo que los psicólogos llamamos «terapia integral», donde existe el compromiso con las personas a las que ayudamos de acceder y trabajar desde todas las áreas y caminos que sabemos que pueden estar afectados impidiendo que vivan con niveles aceptables de paz y sosiego.

Gema Cortés

Psicóloga Sanitaria en Globaltya Psicólogos

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